Hay tres parámetros básicos que podemos usar para que el App Engine se ajuste a nuestras necesidades. Los valores que toman por defecto son bastante aceptables, pero para exprimir hasta el último ciclo de la plataforma tendremos que modificarlos.
Lo primero que tendremos que hacer es entrar en la consola de administración, que está situada en appengine.google.com, y ahí seleccionaremos nuestra aplicación. En el menú lateral, bajo la sección ‘Administration’ encontraremos la opción ‘Application Settings’, una vez dentro bajaremos hasta ‘Performance’, aquí es donde haremos todos nuestros cambios.
Tipo de procesador
La primera opción que podemos configurar es ‘Frontend Instance Class’ donde podemos elegir entre cuatro opciones diferentes (F1, F2, F4 y F4_1G), que se diferencian en la velocidad del procesador y la cantidad de memoria que tiene disponible. Por defecto está seleccionada la maquina mas sencilla, la F1, que nos ofrece un procesador a 600MHz y 128MB de RAM.Estancias en espera
La opción ‘Max Idle Instances’ nos permite determinar el número máximo de instancias de la máquina que tiene que haber en espera en cualquier momento. Estas instancias están preparadas arrancar inmediatamente en el momento en que las instancias que se están ejecutando tengan mucha carga.
Tiempo de espera
Esta opción determina cuánto tiene que aguantar una petición a que se libere una instancia en ejecución antes de despertar una que esté en espera. Por defecto todas las peticiones esperan 10ms como mínimo.
Como hemos visto, el App Engine nos ofrece varias alternativas para reducir el coste de nuestra aplicación, pero hay que tener en cuenta las consecuencias, y saber que es lo que nos hace falta ¿Velocidad de respuesta o costes reducidos?
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